MATRIA

12.04.2023

El proyecto poético-fotográfico Matria (2023) se llevaba gestando desde hace tiempo a través del deseo de ser madre y crear una vida en mi interior.

Comienza la primavera y mi cuerpo se va transformando a pasos agigantados. Lo siento en las venas que rodean mi pecho, como raíces recién abiertas, expandidas hacia adentro. Lo huelen los felinos que amasan mi vientre al atardecer. En los muslos que se engrosan y las caderas ensanchadas, pero, sobre todo, en los suaves movimientos que mecen la piel, estirándola mediante la palpitación del oleaje.

«Saldrás al mundo a través de mí,

con todos los pájaros que me anidan.

Saldrás a través del grito,

con la fonética del rugido».

El término «matria» ha dado lugar a diversas acepciones a lo largo de la historia: en la Antigüedad Clásica fue utilizada para hacer referencia a la propia tierra del nacimiento y del sentimiento. Autores como Isabel Allende, Plutarco o Unamuno recurrieron al mismo para hablar sobre la nacionalidad o la reconstrucción del término patria. Victoria Sendón ofrece una relectura de algunos conceptos, como identidad, raza, religión, lengua, tradición o sexo. Más allá de estas interpretaciones, me interesa el pensamiento de Julia Kristeva al respecto, ya que identifica este término con «otro espacio» que no tiene que ver con la tierra de nacimiento, ni con la legitimación de cualquier Estado, sino con un lugar interior en el que crear un «cuarto propio». Inevitablemente, ese cuarto propio me devuelve hacia las palabras y el espacio de Virginia Woolf:


El sol arde. Veo el río. Veo los árboles moteados y quemados a la luz del otoño. Pasan flotando las barcas, cruzan el rojo, el verde. Tañe a lo lejos una campana, pero no toca a muerto. Hay campanas que tocan a vida.


Sin embargo, el neologismo matria, no se ha recogido en el diccionario de la RAE, pero lo podemos encontrar en algunos estudios antropológicos y de género.